miércoles, 6 de abril de 2016

Rómpase en caso de emergencia.


De: la futura Brenda
A: la Brenda de hoy

No sé cuánto tiempo ha pasado para que recibas esta carta; unas semanas, unos meses o años tal vez. Pero si estás leyendo esto es porque es el momento de que entiendas un mensaje muy importante. Soy Brenda, la del hoy que para ese entonces, seré la Brenda del mañana. Quiero decirte que no redacté esta carta augurando un futuro fallido con cierto individuo. La escribí pensando en un botiquín de primeros auxilios, como cuando compras un seguro de gastos médicos que deseas nunca, nunca, nunca necesitar.
Lo hice porque cuando dijiste: me voy a lanzar, o me caigo al precipicio o vuelo, en serio pegaste un brinco sin mirar atrás.
¿Recuerdas ese día cuando hablabas con Cyntia y te preguntabas si algún día te ibas a enamorar completamente?
Pues lo hiciste pero de verdad, no como esas veces que conocías a un chavo y a las dos horas le otorgabas el título del padre de tus hijos. Te felicito. Fuiste valiente y te atreviste. Te atreviste a ser vulnerable y abrirte. Te atreviste a escucharte y hacer lo que tú, tú y nadie más que tú quiso pese a los consejos bien intencionados de la gente que te rodeaba. Te atreviste a querer.
Te receto amor, agradecimiento y reconocimiento de aprendizajes.
Un montón de aprendizajes. A veces aprendes más cuando pierdes que cuando ganas lo que buscabas.
No pienses ni por un segundo en odiarlo. Nunca, nunca, nunca dejes de ser agradecida por todo lo que te enseñó.
No fue una mala decisión haberte aventado hacia lo desconocido. Mala decisión fue haberte cortado el cabello de la parte de atrás de la nuca por ese comercial, pero de seguro ya te diste cuenta de eso, ¿no?
Recuerda la forma en que con un mensaje alegraba tu mañana, los audios que te hacían reír, lo feliz que eras cuando lo veías, cuando lo abrazabas y sentías su corazón cerca, lo cómoda que te hacia sentir contigo misma, sus ocurrencias, sus comentarios ñoños, todos los postres y tacos, esos planes y viajes por cumplir. Recuerda lo mucho que reías cuando estabas con él. Recuerda ese momento, en medio de la película que lo miraste a los ojos y supiste que ya lo querías. Todo esto, créeme, valió la pena. Sí te enamoraste pero no del indicado.
 No se te rompió el corazón; creció tanto que ya no cabía en el molde actual y tuvo que expandirse haciéndolo pedacitos. No te preocupes. Volverá a sanar. Volverás a querer. De hecho, querrás más y entenderás que él tuvo que llegar, hacer un desorden e irse porque eso era justo lo que necesitabas.
Ahora eres más fuerte, más valiente y más feliz.
Sí, sí, sí, sí podías enamorarte de verdad. Lo hiciste y aunque las cosas no resultaron como querías, obtuviste lo que necesitabas.
Yo lo sé, es un momento difícil, date un respiro y confía en que todo estará bien.

martes, 5 de abril de 2016

David y la muela

Lo admito, soy cobarde para el dolor.
Estuve posponiendo una cirugía de mi muela del juicio por los últimos 10 meses porque moría de miedo al pensar en que me iba a doler. Una muy buena amiga mía, Arlene, es mi dentista y prácticamente me obligó a agendar una cita de revisión pues sabía de mi situación molar.

Hace unos meses hablaba con Blanca acerca de mi relación David y ella, estando despechada por un free mal terminado me dijo que seguir así era la peor idea del mundo.
Yo sinceramente le pregunté que si después de lo vivido, lo bueno y lo malo se arrepentía y que si lo volvería a hacer. 
Ella contestó que no, que había perdido un año de su vida y que mientras más pronto hubiera sido, mejor.

Dudé, medité y decidí vivir el hoy y hoy, quería estar contigo, es decir, con él. Tenía mucho miedo de crear una situación dolorosa para mí más adelante pero por el mañana me preocuparía otro día.

El día del dolor.
Unas semanas después tuve mi Día D, mi día del dolor, un día que entre muchos intentos fallidos de superar cierto dolor físico, tuve la grata experiencia de ir al dentista y que me regañara por haber pospuesto la cita tantas veces.
¿Y si todo este asunto de David era como el rollo con mi muela? ¿Acaso en medio de mi evasión había dejado que todo se complicara y creciera? ¿Ahora sería mucho más doloroso por que no me  atreví a dar el paso a tiempo? 
En la noche, hablamos por teléfono y recuerdo sus palabras frías y calmadas como respuesta a mi queja de cobardía personal: "Brenda, te va a doler, a todo mundo le duele, eres un ser humano y es normal."
Lo es.
Ese día decidí que si ibas a doler, lo iba a aceptar pero también iba valer la pena. Me escribí una carta para la Brenda del futuro y dejé de tener miedo. El miedo lo dejaré para mañana. El dolor es inevitable pero es tu amigo si te lleva a crecer.

Y el mañana llegó; de hecho, es hoy.
Tú me lo dijiste: no lo puedes posponer para siempre.
Y me armé de valor, te pregunté y escuché esa respuesta que una parte de mí había negado pero de alguna forma, ya había anticipado.
Curioso que el día de mi cirugía sea justo hoy, el día en que tengo el coraje de ir hasta tu casa y hablar con la verdad.
Curioso que me hayan recetado helado de limón, siendo éste tu sabor favorito.  Veamos qué pasa. Dejar de posponer y sacar de raíz eso que lastima. Ignorarlo no hace que se vaya. Hacerte de la vista gorda no lo soluciona.
Sólo hay una forma: enfrentarlo por mucho que duela.
Al final, te darás cuenta de que por más miedo que tengas, lo harás una vez y podrás seguir con tu vida.
Gracias a David y a mi muela por enseñármelo.

viernes, 1 de abril de 2016

Mon ami Gerard


Espero de verdad que tengas a alguien como mi amigo Gerardo en tu vida. Él me conoce como pocas personas , me ha visto crecer (literal), me escucha aunque le hable diez mil veces del mismo hecho y es un ser humano cuyo juicio respeto y admiro, por lo que es una buena opción para pedir opiniones  no sólo de tecnología sino de la vida en general. Es como la voz de mi conciencia, que en ocasiones te confronta y te dice cosas que no quieres escuchar pero que al final agradeces porque siempre es bueno que alguien te despierte a la realidad aunque sea de un sopapo ("Deberías de dibujar", "Ya abandonaste tu blog", etc).
Es curioso cómo puedes rodearte con personas en el día a día y mantener una relación superficial, en cambio hay otras, como mi amigo Gerardo, con quien la relación cara a cara es prácticamente nula y toda es a través del celular. Digo, para no ir más lejos, ni siquiera me invitó a su boda, bueno, ni me comentó que tenía planes de boda, ok, tampoco que tenía pareja. Qué curioso.
"Entonces, ¿cómo puedes decir que es tu amigo si no sabías esas cosas?" - me cuestionó David en alguna ocasión (quien por cierto, al ser amigo de Gerardo es como si tuviera un sello de recomendación en la frente para mí pero esa es otra historia).
La respuesta es: no lo sé. Quizás yo soy más su amiga de lo que él me considera o tal vez tenemos una amistad completamente diferente a las tradicionales. No lo sé. Es mi amigo y ya.
Al final de todo, cuando escribí ese post it y lo entregué (Jajajajajaja esa historia es una de mis anécdotas favoritas de la vida, sin duda) no tenía ni idea de quienes seríamos después de casi una década pero GRACIAS.

lunes, 14 de marzo de 2016

Me sudan las manos, me late fuerte el corazón... ¿Por qué las cosas no suceden a la velocidad que uno esperaría?

Debería de estar leyendo.
Debería de estar dibujando.
Debería de estar hablando inglés.
Debería de estar haciendo ejercicio.
Debería de administrarme mejor.
Debería de hacer esas llamadas.
Debería comer saludable.
Debería hacer ese story board.
Debería de enviar esos mails.
Debería de contestar esa llamada.
Debería de...

CALMARMEEEEEEEEEEEE
Hoy es uno de esos días de incomodidad.
La semana pasada tuve trabajo muy intenso y todavía se me ocurrió desvelar y tomar de más, así que el fin de semana no resultó tan relaja te como debería/me hubiera gustado. Sin embargo, eran las 6 am y yo ya tenía los ojos abiertos. Juro que pensé: "¿Es neta, Brenda? Duerme una hora más." Cito esto porque despertarme temprano no es algo que me encante y hoy, no podía dormir.
Veinte minutos después acepté el hecho de que no iba a conciliar el sueño por estar pensando en 5:7687933259 cosas y pendientes, así que decidí levantarme y poner en orden mi cabeza.

Ha sido un lío, citas, llamadas, pendientes, obleas con cajeta, jugo verde, nada de ejercicio aún, Whatsapp y más Whatsapp. Tengo una cosquillosa en el estómago porque siento que algo se me escapa y yo voy a decir que lo que siento es emoción. Sí, emoción. Preocuparme no sirve de nada así que yo decido que lo que estoy sintiendo es una emoción enorme por los retos.

Me siento incomoda.Ni siquiera puedo sentarme a gusto en mi cama. Y creo que eso es buena señal.

Camino a las diez mil.

Alguna vez leí que se necesita un promedio de 10 000 horas de experiencia haciendo una actividad para que puedas tener un nivel de maestría en algo. Diez mil horas de práctica para tener la experiencia suficientes, para haber pulido técnica y corregido errores. 
Y aquí estoy: buscando tener esas diez mil contando historias y buscando una forma de transmitir lo que siento/creo/pienso/quiero.

domingo, 13 de marzo de 2016

Todo

¿Alguna vez les ha pasado que quieren saber qué quieren pero como quieren muchas cosas y entonces ya no saben? Creo que desde niña ese ha sido mi problema/situación/¿ventaja? No me conformo. Quiero todo de todo y hacerlo todo. Es difícil de explicarlo cuando creces en un mundo donde te dicen que te ajustes a lo cotidiano y eso implica elegir una (SOLO UNA) cosa. No sé bien cómo describir esta sensación, esa de querer muchas cosas a la vez y que a veces se oponen. Recuerdo el día que tuve que elegir mi carrera profesional. Tuve mucho miedo. Era escalofriante sentir que iba a decidir hacer algo por el resto de mi vida y tendría que hacer a un lado todo lo demás. (Ahora ya no tengo miedo porque sé que puedo cambiar/detenerme/volver a empezar en el momento que yo quiera) Un tiempo, a modo de broma, mi familia me dijo que parecía Barbie. (No exactamente por el cabello rubio y el cuerpazo) sino por el hecho de que un día llegaba con la idea de ser traductora de la ONU (como Mafalda), otro Abogada, luego estaba en teatro y pensaba en una serie de documentales que debería de producir, también quería ser conferencista, ilustradora, creo que debí estudiar algo relacionado con diseño, pero ser reportera suena bien (imagínense cubrir las olimpiadas), tener una revista y quiero poner negocios, cambiar el mundo... Y ah claro, ser catadora de postres (esta es nueva, se me ocurrió la semana pasada) y viajera de tiempo completo.
¿Ves la ironía? Tendría que ser gato con sus siete vidas para alcanzar a hacer todo. Y a veces la presión me aplasta los nervios pero quiero hacer todo. TODO. Hace tiempo salí un hombrecito, muy inteligente y ambicioso (de esos que tienen futuro prometedor y que tu madre cruza los dedos para que sea El elegido), y la cara que puso cuando le conté de mis planes, mis sueños e inquietudes... Me miró como si fuera alíenigena y tal vez sí soy un poco rara pero fue justo el momento en el que entendí que lo nuestro no iba a funcionar. Yo busco/quiero/merezco tener a mi lado alguien loco que crea que se puede tener todo y busque hacer un montón de cosas.
 Pd. Si alguien encuentra la formula para tener de todo, no un poco, un mucho. Avísenme.